lunes, 7 de mayo de 2012

Confusión de confusiones, de José de la Vega


Uno de los libros que más interés ha suscitado en los últimos reveses bursátiles es el tratado "Confusión de confusiones", un clásico sobre las inversiones en bolsa escrito por un judío español del siglo XVII. Quizás la conclusión más clara tras su lectura sea la vieja afirmación latina de "nihil novum sub sole", nada nuevo bajo el sol, aplicada a muchas de las cosas que nos llaman la atención en los periódicos salmones desde hace unos meses.

Salvando las distancias temporales y cambiando algunas palabras técnicas, 'Confusión de confusiones' es un tratado sencillo y de fácil lectura para cualquiera que desee entender -si eso es posible- el mundo de las inversiones y las especulaciones bursátiles.

confusión-de-confusionesQuizás yo pecase de inocente al abrir el libro, pero reconozco que me ha sorprendido la sencillez con la que se operaba en un mercado de sólo dos valores y de cómo surgieron entonces y de la manera más lógica las operaciones en corto, los 'split' de acciones o los préstamos de valores, algo que todavía hoy ocupa espacio en las portadas de la prensa especializada.

A partir de ahí, ya sólo queda disfrutar de consejos con 400 años de antiguedad y una absoluta actualidad como por ejemplo: "...no se aumentan las fuerzas comiendo mucho sino digiriendo bien y, por consiguiente, es muy sensato sentirse satisfecho con unas ganancias limitadas aunque no se obtengan todas las riquezas y provechos posibles".

O ese de "... es insensato pensar que se puede abandonar la bolsa después de haber probado la dulzura de la miel. Aquel que ha entrado una vez en el atractivo círculo de la bolsa está permanentemente inquieto en una cárcel cuya llave se encuentra en el océano y cuyas rejas nunca se abren...".

Tal vez sea mejor recoger la definición de la inversión en bolsa de José de la Vega, el autor del tratado, para que les sirva de introducción y se animen a leerlo. Yo personalmente, les recomiendo que lo hagan. "...este negocio enigmático, que es a la vez el más real y el más falso de Europa, el más noble y el más infame que se conoce en el mundo, el más fino y el más grosero de la tierra: mapa de ciencias y epítome de enredos, piedra de toque de los atentos y piedra de túmulo de los atrevidos, tesoro de utilidades y fuente de desastre, y finalmente un retrato de Sísifo que jamás descansa y también un símbolo de Exión, encadenado a una rueda que da vueltas permanentemente".

Post cortesía de Jose Julián Martín

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